La Administración Trump se dispone a intensificar la presión sobre Nicolás Maduro tras exigir a Chevron el cese de sus actividades en Venezuela. Ahora, pretende obligar a más compañías a que suspendan sus operaciones en el país, según el diario Bloomberg.
Fuentes cercanas al plan del Gobierno norteamericano han revelado que el gobierno ha comunicado a varias empresas, entre ellas el productor petrolero francés Etablissements Maurel & Prom SA y una compañía de asfalto controlada por el empresario Harry Sargeant, que dispondrán de 30 días para detener sus actividades en Venezuela. Esto se produce en el marco de la revocación de las exenciones que les permitían operar sin enfrentar sanciones.
El golpe económico de esta medida será considerable para el régimen de Maduro, cuyo gobierno depende en gran medida de los ingresos petroleros. La estrategia de Washington busca aumentar la presión para forzar cambios democráticos en Venezuela, así como la aceptación de más inmigrantes deportados desde Estados Unidos.
Otras firmas extranjeras, como la española Repsol SA y la italiana Eni SpA, esperan conocer si también perderán sus exenciones, lo que determinaría si pueden seguir operando en territorio venezolano. La incertidumbre respecto a estas licencias podría afectar directamente a la producción de crudo en el país sudamericano.
Esta semana, el Departamento del Tesoro de EE.UU. notificó a Chevron que deberá cesar sus operaciones en Venezuela antes del 3 de abril, estableciendo un plazo significativamente más corto de lo habitual, ya que anteriormente las liquidaciones se realizaban en un período de seis meses.
La industria petrolera venezolana, que ha dependido en parte de la presencia de compañías extranjeras con autorización estadounidense, podría experimentar un nuevo golpe con esta serie de restricciones. Chevron y otras firmas han sido fundamentales para la estabilidad y el crecimiento de este sector en los últimos años.
La Gaceta