El acercamiento entre los gobiernos de Nicolás Maduro (Venezuela) y Donald Trump (Estados Unidos) quedó en evidencia el 31 de enero, cuando Richard Grenell, enviado especial de Trump, viajó a Caracas y con el líder chavista, logrando la liberación de seis estadounidenses detenidos.
Además, Maduro aceptó recibir a los migrantes deportados desde EE.UU., una medida que se concretó con la llegada de los primeros 190 venezolanos días después. publicó BBC Mundo.
Estos hechos sugieren un posible cambio en la relación entre Washington y Caracas, marcando el inicio de una nueva etapa diplomática.
¿Qué está pasando? BBC Mundo cuenta tres claves para entenderlo. A cointinuación un resumen:
1. La inmigración, la prioridad de Trump
El cierre de la frontera y la lucha contra la inmigración ilegal es un tema central de Trump, quien ya en campaña vinculó la presencia de venezolanos indocumentados con el supuesto aumento de la delincuencia en Estados Unidos.
El aumento exponencial en la cifra de migrantes, unido a las informaciones sobre la presencia en EE.UU. de miembros de la banda criminal Tren de Aragua, han puesto a los venezolanos en la mira del gobierno de Trump.
Hasta ahora, no obstante, la proporción de presuntos criminales entre los centenares de miles de migrantes venezolanos parece ser marginal. Cifras del Departamento de Seguridad Nacional citadas por la cadena NBC indican que 600 personas han sido identificadas como sospechosas de tener vínculos con el Tren de Aragua en Estados Unidos.
En una entrevista con la periodista Megyn Kelly, Grenell dejó clara la importancia que Trump le otorga a la deportación de venezolanos.
"Teníamos un mandato claro de Trump. Primero, hacer que los inmigrantes ilegales que estaban en nuestro país regresaran a Venezuela. Tenían que aceptar a todos esos individuos, incluidos los miembros del horrible grupo Tren de Aragua", dijo.
Otro indicador de la centralidad de la deportación de venezolanos parece ser el hecho de que de 17 nacionalidades amparadas bajo TPS, estos son los únicos a los que hasta ahora se les ha revocado la extensión de esa protección y se les ha negado su renovación.
"Creo que la terminación del TPS para los venezolanos refleja que el tema de las deportaciones y de la inmigración es prioritario. Y todo los demás es secundario", dice a BBC Mundo Michael Shifter, expresidente del centro de estudios Diálogo Interamericano y profesor de la Universidad Georgetown.
2. Lo que gana Maduro: propaganda y ¿petróleo?
En su entrevista con Megyn Kelly, Grenell destacó que en Venezuela no solamente consiguió que Maduro aceptara recibir a los deportados, sino que enviara los aviones y costeara el traslado. "Creo que esto es un nuevo estándar. Es bastante increíble", se felicitó.
El diplomático negó que EE.UU. hubiera hecho alguna concesión al gobierno venezolano, aunque reconoció que le había dado un "regalo" a Maduro.
"Maduro me dijo 'te vamos a dar esto y estas son las cosas que nosotros queremos' y yo le dije: 'No, te estamos dando un gran regalo. Y el gran regalo es que yo estoy aquí sentado contigo y tienes todo tipo de cámaras alrededor y vas a usar todo esto con fines propagandísticos porque un diplomático estadounidense está sentado aquí contigo'", aseguró.
Eric Farnsworth, vicepresidente del centro de estudios Council of the Americas and the Americas Society, considera que ese encuentro representa un "gran logro" para Maduro.
Más allá del uso propagandístico que le pueda dar, la insistencia del gobernante venezolano en reabrir el diálogo con Washington se explica en gran medida por el mal estado de la economía venezolana.
Aunque Grenell negó que EE.UU. hubiera dado algo a cambio a Maduro por aceptar a los deportados, al día siguiente de su visita a Miraflores se produjo una extensión de la licencia que permite a Chevron operar en Venezuela.
3. La ambigua política de la Casa Blanca
A diferencia de lo que ocurrió durante su primer gobierno, la política del gobierno de Trump hacia Venezuela en la actualidad no está tan claramente definida.
Aunque funcionarios estadounidenses han dicho que la visita de Grenell a Maduro no constituye un reconocimiento oficial, en la práctica ese gesto ayudó a romper el aislamiento internacional que el propio EE.UU. había tratado de construir en torno al gobierno venezolano.
"Las cosas aún no están asentadas. No sabemos dónde terminará esto", dice Eric Farnsworth.
El experto señala que el encuentro de Grenell con Maduro y el hecho de que este haya aceptado recibir a los deportados sugiere que hay algún tipo de acuerdo, pero que -al mismo tiempo- el secretario de Estado, Marco Rubio, afirma que no hay un acuerdo y sigue hablando en términos muy duros en contra del gobierno de Maduro, al que califica de ilegítimo.
"Se pueden ver dos tendencias que van en aumento y no sabemos en qué punto coincidirán al final", señala Farnsworth.
El Carabobeño / BBC Mundo