El presidente de EE. UU., Donald Trump y el empresario y “empleado especial del Gobierno”, Elon Musk, continúan su campaña por la desinstalación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), a la cual acusan de desviar fondos del Estado norteamericano bajo consignas de ayudas humanitarias y apoyo a otras naciones.
El polémico caso, que hasta ha sacado a flote nombres de opositores venezolanos que habrían recibido fondos de la misma, ha sido la consigna de Donald Trump para dejar de financiar programas migratorios y ayudas a ONG internacionales.
Este martes, Elon Musk compartió en X una imagen con un mensaje que criticaba directamente la gestión de la Usaid.
“A partir de ahora el lavado de dinero será llamado ayuda exterior”, dice el “meme” compartido por el empresario en su red social, donde suma más de siete millones de visualizaciones en solo dos horas desde su publicación.
El lunes, el secretario de Estado, Marco Rubio, quien fue designado director interino de la Usaid, criticó a los empleados de la agencia por “decidir que de algún modo son una organización benéfica mundial independiente del interés nacional o del dinero de los contribuyentes”.
Los programas que apoya la Usaid también han sido objeto de ataques por parte de gobiernos extranjeros, incluyendo al de Rusia, una causa de orgullo para los miembros del personal.
Aún no está claro el alcance de la congelación de la ayuda estadounidense. Rubio dijo en una comunicación oficial a las misiones estadounidenses en el extranjero que la suspensión de la ayuda exterior decretada por Trump duraría al menos un período de evaluación de tres meses.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses ya han informado a algunos grupos de ayuda que se recortarán los programas que promueven la diversidad, los derechos reproductivos de las mujeres y la resistencia al cambio climático.
La Usaid emplea un amplio presupuesto de alrededor de 23.000 millones de dólares, que es parte de un presupuesto anual de ayuda federal más amplio aprobado por el Congreso.
La agencia gastó unos 38.100 millones de dólares en el año fiscal 2023, lo que representa menos del 1 por ciento del presupuesto federal. Esto la convierte en un prospecto de ahorro relativamente modesto para el grupo de trabajo de Musk, cuyo objetivo es la reducción de costos, conocido como Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Legisladores demócratas y exfuncionarios de la Usaid han dicho que las medidas para desmantelar la agencia o fusionarla con el Departamento de Estado son ilegales, ya que el Congreso creó la agencia como un organismo independiente y sigue financiando sus operaciones.
El alcance del trabajo de la agencia es extenso: ayuda en zonas de guerra en Ucrania, fomento de la paz en Somalia, vigilancia de enfermedades en Camboya, esfuerzos de vacunación en Nigeria, prevención del VIH en Uganda y asistencia a la salud materna en Zambia, entre una amplia gama que comprende otros programas. La agencia ha ayudado a contener serios brotes de ébola y otras fiebres hemorrágicas durante los últimos años.
En algunas regiones suministra alimentos, refugio y acceso a agua limpia que pueden representar la diferencia entre la vida y la muerte. En otras, apoya redes mundiales de vigilancia de enfermedades e investigación biomédica que ayudan a las poblaciones locales y también protegen a los estadounidenses.
Sin embargo, durante mucho tiempo ha sido el blanco de críticos conservadores que afirman que gasta de forma despilfarradora y que promueve ideas progresistas que contradicen los intereses estadounidenses. En las dos últimas semanas el presidente Trump y Elon Musk han dado pasos para cerrarla.
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