La anunciada investidura de Nicolás Maduro puede marcar un punto de inflexión en las relaciones entre Brasil y Venezuela, que no pasan por su mejor momento. El presidente del país más grande de América Latina, Luiz Inácio Lula da Silva, no viajará a Caracas para participar en la ceremonia oficial. Mandatarios de países vecinos, como Colombia o México, tampoco asistirán.
El Gobierno de Brasil, que no ha reconocido la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del pasado 28 julio, planea enviar a su embajadora en Caracas, Glivânia Maria de Oliveira, a la investidura presidencial en Venezuela.
El viernes 10 de enero, el próximo presidente de Venezuela tomará posesión de su cargo. Esto, en medio de una pugna entre el actual mandatario, el chavista Nicolás Maduro, y el líder opositor venezolano, Edmundo González Urrutia, ya que los dos aseguran que juramentarán como jefe de Estado de la nación latinoamericana.
La relación se venía desgastando desde marzo de 2024, cuando Lula expresó públicamente su preocupación tras la decisión de la Corte Suprema de Venezuela de bloquear la candidatura de la líder de la oposición, María Corina Machado.
France 24