El Gobierno de Milei calificó como “arbitraria” la detención de un suboficial argentino en Venezuela


El Gobierno de Javier Milei exigió este viernes a Venezuela “la inmediata liberación” de un suboficial de Gendarmería (policía militar) detenido desde el 8 de diciembre en un paso fronterizo con Colombia. El cabo primero Nahuel Agustín Gallo, de 33 años, enfrenta cargo de presunto espionaje. “Argentina no tolerará actos de esta naturaleza contra sus ciudadanos y deplora este tipo de prácticas”, advirtió la Cancillería en un comunicado. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue menos diplomática en la red X
: “[Nicolás] Maduro, cada minuto que lo retengas va a ser un paso más hacia tu propio fin”.

Gallo estaba de vacaciones y viajó a Venezuela para visitar a su esposa, María Gómez, una periodista deportiva de nacionalidad venezolana, y a su hija, de dos años. La pareja vive en la provincia argentina de Mendoza, donde Gallo está asignado en el paso fronterizo con Chile, pero la mujer regresó hace siete meses a Caracas para cuidar de su madre.

Gallo tomó hace seis días un vuelo de la aerolínea Copa desde Santiago hasta Bogotá y desde allí se dirigió por tierra hacia Cúcuta, donde ingresó a Venezuela por el puente internacional. Su intención era llegar hasta el aeropuerto de Táchira para volar luego hacia la capital venezolana, pero fue interceptado por la policía venezolana, que lo retuvo acusándolo de espionaje. “Cuando hizo la migración a Venezuela lo retuvieron, ellos utilizan la palabra retener en vez de detener”, dijo su esposa, María Gómez, a la señal DNews.

“Lo retienen, le quitan el teléfono celular, lo revisan arbitrariamente, y yo obviamente tengo que decirlo, soy venezolana y le escribí a Nahuel para contarle ‘el país se está yendo a la mierda’, que tenemos un Gobierno horrible, tenemos una dictadura. Esos fueron los mensajes que le encontraron en su teléfono y eso lo perjudicó. Nos ganó el sentimiento de reencontrarnos, nunca imaginamos que iba a pasar, haciendo las cosas legales, con él pasando por la frontera”, agregó Gómez.

Argentina denunció también la detención de un empleado venezolano en su embajada en Caracas. Hace 20 días, la policía estrechó el cerco alrededor de la sede diplomática, donde están asilados desde marzo seis dirigentes opositores a Maduro. El embajador argentino ante la ONU, Carlos Foradori, reclamó este viernes en Ginebra que el Gobierno de Venezuela cese con el asedio a la embajada, hoy bajo administración brasileña, y otorgue salvoconductos a los asilados para salir del país.

Venezuela y Argentina rompieron relaciones en julio pasado, cuando un fiscal en Buenos Aires pidió la detención de Maduro para juzgarlo por violaciones a los derechos humanos. Caracas respondió con una denuncia penal contra Milei, su hermana, Karina, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Desde el 28 de julio, cuando el chavismo apretó su aparato represivo para contener el descontento ante las denuncias de fraude durante las elecciones presidenciales, se registraron más de 2.000 detenciones en Venezuela contra manifestantes, dirigentes políticos, activistas y periodistas.

Hubo también detenciones de extranjeros en la frontera, como el gendarme argentino, a quienes la Fiscalía suele señalar de ser espías o de estar implicados en conspiraciones internacionales en contra del Gobierno. En septiembre pasado, los españoles Andrés Martínez Adasme y José María Basoa Valdovinos fueron detenidos durante un viaje de turismo en el sur del país, acusados de ser agentes de Inteligencia, publicó El País. 

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