El petróleo de Venezuela «manda» ante cualquier escenario político que surja en EEUU


Venezuela sigue teniendo una economía petrolera porque es una nación mono productora y aunque exporte apenas 900 mil barriles diarios (b/d). Analistas sostienen que a pesar del actual escenario de sanciones, el país se convirtió en el tercer suplidor de crudo de Estados Unidos y cerrará 2024 con ingresos petroleros por 20.000 millones de dólares. Destacan que los acontecimientos de controversias que hay en el mercado energético mundial podrían beneficiar al petróleo venezolano y estará en la mira, para bien, de cualquiera de los candidatos que gane las presidenciales norteamericanas.

Por otra parte, el nuevo gobierno que comienza el próximo 10 de enero será una fecha clave para el futuro de Venezuela, acotan los expertos que participaron en el «Foro Empresarial: Contrastando Visiones», organizado por la Asociación Civil de Desarrollo Empresarial (Acide) este martes 29 de octubre. En el evento se mostraron varios escenarios políticos que podrían presentarse en 2025 y las perspectivas económicas que esperan.

El economista y calificador de riesgo Leonardo Buniak, director de la consultora Global Map, afirmó que «el petróleo venezolano manda» ya que seguirá siendo importante para el mercado estadounidense, y no espera que se ejecuten nuevas sanciones contra las ventas de crudo del país. Dijo que en estos momentos hay 16 nuevas licencias aprobadas y 50 licencias que están en proceso de autorización por parte de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC).

«Venezuela es hoy el tercer suplidor de crudo de Estados Unidos y no es el segundo porque no produce más. Estados Unidos dejó de comprar petróleo al medio oriente y esto está siendo aprovechado por Venezuela. Quien gane en las elecciones norteamericanas en noviembre tendrá que enfrentar grandes desafíos que ya muestran el mercado geopolítico y energético», dijo.

Destaca que las compañías internacionales Chevron, Repsol, Eni y Maurel & Prom continuarán sus operaciones en el país debido a que existe poco reservorio petrolero en el mundo alternativo al Golfo Pérsico, al Mar Caspio y a África del Norte que tenga capacidad suficiente y no esté envuelto en conflictos geopolíticos. «Se esperan otros conflictos más que afectarán los corredores energéticos y ponen a Venezuela y a su enorme reservorio de crudo en el epicentro del panorama».

Buniak indicó que la importancia del crudo venezolano se observa cuando los ingresos petroleros pasaron de $5.000 millones en el año 2015 a $20.000 millones en 2024, debido al aumento del precio del barril, al efecto Chevron y al levantamiento de la prohibición a la venta directa del petróleo de la nación en el mercado internacional. «Venezuela estará recibiendo este año 8 mil millones de dólares más que en 2023 y eso indica que si el proceso de aprobación de nuevas licencias ocurre, la producción del país va a superar el millón de barriles diarios. Se prevé que Chevron perfore 30 nuevos pozos el próximo año, mientras que Maurel & Prom está en proceso de perforación de gas y petróleo».

Considera «poco probable» que las licencias otorgadas hasta la fecha sean revocadas porque privará la «seguridad energética de EEUU», y es por eso que continúan las autorizaciones a las compañías extranjeras que operan en el negocio nacional. «Los intereses económicos hoy están por encima de los políticos».
Los escenarios

La recuperación del sector petrolero ha dado un impulso a la economía venezolana, la cual de acuerdo a estimaciones del director de Datanálisis, Luis Vicente León, finalizará 2025 con una tasa de 4,8%. Entre las principales proyecciones de crecimiento destaca la del sector automotriz con 12%, alimentos con 7%, minería con 6%, construcción con 5,5% y servicios con 4,5%.

«En los últimos cuatro años hemos visto un proceso de levantamiento de sanciones que ha generado una expansión del sector petrolero, apertura y un entorno menos hostil para los negocios», afirmó.

Recordó León que la economía venezolana, a partir del año 2014, experimentó una fuerte contracción de su Producto Interno Bruto (PIB) al registrar una caída equivalente al 74,32% respecto al 2013. Es por ello que a pesar de la recuperación de los últimos tres años, el nivel de ingreso per cápita de Venezuela es el segundo más bajo de América Latina.

De acuerdo al estudio presentado por el economista en el foro de Acide, solo 12,2% de la población (3,2 millones de habitantes) tiene alto potencial de consumo, mientras que 54,1% tiene potencial de consumo moderado (14,2 millones de personas) y 33,7% (8,8 millones) con potencial de consumo limitado.

«Se observa que para 2024, hay un desplazamiento de los consumidores hacia los niveles intermedios, pocos excluidos hayan oportunidades y los emergentes se establecen».

Resaltó igualmente que el ingreso familiar promedio pasó de 600,3 dólares mensuales en mayo de 2023 a $826,2 en abril de 2024; mientras que la canasta alimentaria familiar pasó de $388 a $410,4. «El ingreso familiar promedio creció en 37%, aunque no creció en esta misma proporción para todos los niveles». En este sentido, indicó que 33,7% de la población cuenta con un ingreso promedio de $287,9 (bajo excluido) y un 29% muestra un ingreso de $445, bajo con oportunidades).

Sobre los escenarios políticos, León destacó que el conflicto sobre los resultados de la elección presidencial del pasado 28 de julio, impide que cumpla su cometido de dilucidar la razón entre la búsqueda del gobierno de legitimidad y reconocimiento a la validación del deseo de cambio representado por la oposición.

Prevé entonces varios escenarios: en el caso de una radicalización intencional que viene desde este mismo 2024, la liberalización unilateral y la naturalización de la crisis se plantea una «nicaragüización del país, una iranización o una implosión o transición pacífica». «La incertidumbre más importante en la permanencia del poder de Maduro no es alrededor de su juramentación o no, sino en cómo se juramenta: En torno a una estrategia que le permita reducir las tensiones internacionales, incluso sin reconocimiento o empujando a la comunidad internacional a una política de máxima presión».

Por su parte, en un escenario de cambio de gobierno, lo considera un «cisne negro» (evento imprevisible y de alto impacto) pues sus probabilidades no son elevadas.

Tal Cual
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