El embajador de España en Caracas, Ramón Santos, se reunió este viernes con el ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, tras haber sido llamado a consultas, al considerar el Ejecutivo de Nicolás Maduro que se ha producido un deterioro en las relaciones por la "injerencia" de miembros del Gobierno de Pedro Sánchez en asuntos del país caribeño, que éste "no permitirá".
Según una nota compartida por Gil en Telegram, durante el encuentro, el canciller le manifestó al diplomático que Venezuela no permitirá "ninguna acción injerencista por parte del Gobierno de España en asuntos que son de competencia exclusiva de los venezolanos y venezolanas".
"El Gobierno de Venezuela adoptará las medidas necesarias, en el marco del derecho internacional y la diplomacia bolivariana de paz para proteger su soberanía", señala la nota del canciller.
Santos acudió a la cita en la sede de la cartera de Exteriores, en Caracas, a instancias de Gil, quien calificó el día anterior como "insolentes, injerencistas y groseras" las declaraciones de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, para quien el Gobierno de Maduro es una "dictadura".
Asimismo, la funcionaria española se refirió a los venezolanos que han salido de su país como "víctimas de la restricción, de la violencia, de la falta de democracia y de la falta de libertad", y criticó la "persecución" y "limitación de derechos fundamentales" que, a su juicio, sufren los opositores en la nación sudamericana.
El Ejecutivo de Maduro, explicó Gil el jueves, ha llamado también a consultas a su embajadora acreditada en España, Gladys Gutiérrez, cuya llegada a Venezuela está prevista para la tarde de este viernes.
Por su parte, el Ejecutivo español optó por rebajar la escalada de tensión abierta entre Caracas y Madrid y calificó como "soberana" la decisión del Gobierno chavista de convocar a Santos y llamar a consultas a su representante en la capital española.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, insistió en la voluntad de buscar "las mejores relaciones posibles con el pueblo hermano de Venezuela" y de velar por los intereses de la comunidad y las empresas nacionales en el país latinoamericano.
La tensión entre ambos países se produce luego de que el Congreso español, con el voto en contra del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), acordara reconocer como presidente electo de las elecciones del 28 de julio en Venezuela al abanderado de la oposición mayoritaria, Edmundo González Urrutia, exiliado desde el domingo en el país europeo, donde ha solicitado asilo.
En respuesta, el Parlamento venezolano, controlado por el chavismo, propuso el miércoles elaborar una resolución, que espera aprobar, para instar a Maduro a romper "todas las relaciones" diplomáticas, consulares, económicas y comerciales con España.
El jueves, González Urrutia fue recibido por el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, quien aseguró que su país va a seguir trabajando en favor de la democracia, el diálogo y los derechos fundamentales del pueblo venezolano.
El líder opositor pidió asilo debido a la "persecución" que dijo sufrir después de las presidenciales del 28 de julio, cuya victoria oficial fue otorgada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) a Maduro.
Sin embargo, la oposición insiste en que el vencedor fue González Urrutia.
EFE