En su intervención ante la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, llamó la atención sobre la «tragedia migratoria» que enfrenta Venezuela, de la cual han huido casi 8 millones de personas, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Mulino lamentó este miércoles 25 de septiembre que, a pesar de la magnitud de esta crisis, los organismos internacionales no han brindado una respuesta «contundente y creíble» durante los últimos años.
Destacó a su vez que la crisis institucional en Venezuela ha continuado deteriorándose, socavando los principios democráticos del país.
A su juicio, el actual régimen de Venezuela no dejará el poder ni reconocerá su derrota, por lo que instó a los organismos internacionales a tomar medidas enérgicas contra los «comportamientos manifiestamente antidemocráticos».
Asimismo, subrayó que la situación en el país no debe ser vista desde una óptica ideológica, sino como una cuestión de respeto a la voluntad popular. Mencionó que Maduro ha perdido el sustento de sus más fervientes defensores en la región, o en el mejor de los casos, ha recibido el «frágil apoyo del silencio».
Impacto en la región y en Panamá
Mulino también hizo un llamado a la reflexión sobre las implicaciones regionales de la crisis venezolana, señalando que su país ha sido afectado por la migración masiva, en particular en la región del Darién, donde miles de migrantes atraviesan peligrosos senderos en busca de un mejor futuro. «No podemos hablar de desarrollo sostenible en la región mientras 8 millones de venezolanos huyeron a la miseria que vive un país que debería ser una potencia económica», señaló el presidente.
A su paso por el Darién, estos migrantes no solo arriesgan sus vidas, sino que también dejan un rastro de destrucción ambiental.
«¿De qué desarrollo sostenible regional podemos hablar ante esta interminable crisis política que afecta todo el continente? No pretendo disfrazar de verde natural mi discurso cuando hay sangre derramada de inmigrantes que arriesgan su vida en nuestra selva buscando un sueño de libertad. Cuando a su paso contaminan el Darién dejando una estela de destrucción y desolación que a los panameños nos toca recoger, reparar y costear», sostuvo.
El mandatario destacó que Panamá está dispuesto a dialogar con cualquier país que respete los principios democráticos y constitucionales, pero instó a una acción concertada para abordar tanto la crisis humanitaria como sus efectos en la región.
Tal Cual