Mantenerse en la ruta electoral mientras gesta una transición política en el país son clave para la oposición de cara a la votación del 28 de julio. No caer en el triunfalismo y defender el voto en todas las mesas son otros puntos decisivos, según expertos.
Los vientos parecen soplar muy a favor de la oposición en las encuestas a menos de 3 meses de distancia de la elección presidencial en Venezuela, toda vez que sus partidos decidieran apoyar al diplomático Edmundo González Urrutia como su candidato unitario y que esa postulación pasara los primeros grandes filtros del Consejo Nacional Electoral.
Ahora, ¿qué deberá hacer el antichavismo para concretar y cobrar su favoritismo el 28 de julio? Votar en masa y defender el sufragio son las principales consejas de los especialistas en ciencias políticas y opinión pública en el país suramericano consultados por la Voz de América.
“Lo único que tiene que hacer para ganar las elecciones es salir a votar masivamente”, opina Jesús Seguías, director de la firma encuestadora Datincorp, cuyo sondeo más reciente refleja que la intención de voto a favor de González Urrutia triplica a la del presidente y aspirante a la reelección por el Partido Socialista Unido de Venezuela, Nicolás Maduro.
La encuesta, con base en 1.200 entrevistas realizadas el 28 de abril pasado, destaca que el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática tiene 62 % de preferencia contra 20 % de Maduro en un escenario “polarizado”, es decir, sólo entre ambos postulados. El 75 % de los encuestados afirmó que va a votar.
Seguías dice notar que el escenario es similar al vivido en 2015 antes de la abrumadora victoria opositora en las elecciones parlamentarias, que le permitieron ocupar dos tercios de la Asamblea Nacional.
Varias sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el chavismo, anularon las decisiones de ese poder legislativo, sin embargo.
“El señor Edmundo era un desconocido hasta hace 10 días y en apenas 10 días remontó y lleva más de 50 % en intención de voto. Es una expresión de una situación política, más que electoral. Él se convirtió en la expresión concreta del cambio” que se palpa desde hace 9 años, manifestó.
La clave: seguir en la ruta electoral
La clave del favoritismo opositor es que ha renunciado “a las aventuras insurreccionales” y ha apostado por una salida electoral, estima Seguías.
González Urrutia fue considerado en una primera etapa de las postulaciones como un candidato “tapa” cuyo nombre reservaba el espacio de la tarjeta de la Mesa de la Unidad mientras avanzaban las negociaciones con el gobierno para que permitiera la inscripción de María Corina Machado, ganadora de la primaria, pero inhabilitada por el oficialismo, u otro aspirante alternativo.
Finalmente, la oposición decidió apoyarle y Machado inició una gira por varios estados llamando a votar por él, mostrando un afiche con su nombre y rostro, garantizando que nadie sacará a la oposición de lo que llama “la ruta electoral”.
Seguías, por su parte, advierte que la elección vive apenas su primer round. “El problema central es político, más que electoral. No hay duda de que la oposición unida va a ganar cómodamente. La pregunta es si el gobierno está dispuesto a aceptar esa derrota”, indica.
Por ello, considera importante que el antichavismo trabaje seriamente en negociaciones que permitan una transición política con garantías al chavismo, que contemple la suspensión de ofertas de recompensas contra jerarcas del chavismo en la justicia estadounidense y la idea de una justicia transicional sin revanchismos contra esos mismos líderes políticos.
“Habrá que trabajarlo con mucha precisión. La oposición tiene prohibido equivocarse ni engolosinarse con lo que ve en la calle en función de un cambio. El gobierno juega y puede tener una carta bajo la manga”, apunta.
Preparados para todo escenario político
El tema de la candidatura de González Urrutia “no está resuelto de forma definitiva”, coincide Jesús Castellanos, politólogo especializado en asuntos electorales en Venezuela.
“Por la misma naturaleza del gobierno de Maduro, cualquier escenario es factible y sobre eso deben estar preparados” los dirigentes opositores, expresa.
Castellanos tiene una extensa lista de “retos” por los que debe velar y ante los que debe actuar la oposición. Entre ellos, en conversación con la VOA, incluye el monitoreo del proceso electoral en todas sus fases, etapas y actividades, recorriendo el país y “sumando voluntades”.
Además, considera fundamental seguir generando alianzas nacionales e internacionales, participar “de forma activa” en todas las auditorías de la elección y “armar la estructura de movilización del voto” para el día de la votación, el domingo 28 de julio.
Defender el voto, mediante la formación y acreditación de testigos electorales en todas las mesas, lo resalta como un paso clave. Ese trabajo electoral debe marchar en simultáneo con la planificación de “un gobierno de transición” con expertos en esos escenarios.
Castellanos valora que la campaña no será convencional para ninguno.
Prevé que Machado se mantenga “al frente” de la conexión con el electorado en las calles, prevé, mientras González Urrutia y el resto de liderazgos opositores enfatizarán su mensaje en redes sociales y en las diferentes regiones.
“El oficialismo se enfocará más en sus esfuerzos de atacar la corrupción, o la traición, y acciones de calle más moderadas”, pronostica.
Habrá decisiones políticas que no dependerán de la oposición sino del gobierno en caso de una eventual derrota del chavismo, dice.
El resultado de la elección dependerá de las instituciones del país y de la movilización ciudadana para defender el voto, remarca.
Castellanos enfatiza en que el antichavismo deberá evitar el triunfalismo antes, durante y después de la votación, así como caer en “provocaciones” de violencia y en los discursos de confrontación del adversario político.
VOA