El comercio entre Venezuela y Brasil ha avanzado con lentitud desde que restablecieron sus relaciones en enero de 2023, mientras que otras áreas, como la energía, progresan a buen ritmo, señalan expertos, quienes ven todavía nudos en el proceso de reconstrucción de los vínculos, que pasaron un cuatrienio suspendidos.
El economista Pedro Silva Barros, exdirector de asuntos económicos de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dijo a EFE que recuperar estas relaciones "no es fácil y no trae resultados inmediatos" y, en lo que respecta al comercio, el proceso lleva más tiempo.
Indicó que, en 2023, el intercambio fue de unos 1.600 millones de dólares, el 26,6 % respecto a 2013, cuando fue de unos 6.000 millones, según sus cálculos.
A su juicio, aún "hay temas pendientes" que deben atenderse, de los cuales "el principal" es la "reestructuración de la deuda que Venezuela tiene con Brasil por la adquisición de productos a través de créditos de instituciones brasileñas".
"Brasil no puede ofrecer nuevos créditos mientras Venezuela esté morosa", aseguró el experto.
Por su parte, el presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), Ramón Goyo, señaló que un "obstáculo" en esta reconexión de relaciones ha sido la "permisología en Brasil", que incluye "trámites muy engorrosos y muy costosos" que -considera- deben ser revisados para acelerar el intercambio.
Según AVEX, el intercambio comercial -sin incluir productos petroleros, auríferos ni chatarra- fue de unos 743,8 millones de dólares en el primer semestre de 2023, un aumento del 1,3 % respecto al mismo período de 2022, de 733,8 millones.
En mayo, el presidente Nicolás Maduro y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, establecieron "las bases de un nuevo mapa de cooperación" para avanzar en distintas áreas, entre ellas el comercio y la energía.
En esa oportunidad -cuando Lula llevaba cinco meses de vuelta en el poder- se acordó que Brasil reanudaría la importación de electricidad desde Venezuela para el estado Roraima, un negocio que estuvo suspendido desde 2019, cuando se degradaron las relaciones por enfrentamientos políticos entre Maduro y el expresidente Jair Bolsonaro.
Conflicto en la región
Desde diciembre, a las conversaciones entre Caracas y Brasilia se ha sumado un punto: la controversia del Esequibo -un territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados-, que escaló luego de que Venezuela aprobase en un referendo unilateral la anexión de esta zona, bajo control de Guyana.
La preocupación por la creciente tensión llevó a Lula a impulsar, junto con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Comunidad del Caribe (Caricom), el diálogo entre Venezuela y Guyana, que se comprometieron a no amenazarse mutuamente.
Brasil acoge hoy una reunión entre representantes de ambos países, como parte de los acuerdos suscritos para "el diálogo y la paz".
Al respecto, Silva Barros cree "necesario que Brasil tenga una agenda más positiva de cooperación", a fin de "garantizar que Suramérica se mantenga sin conflicto" y "sea una región de paz".
Carlos Seijas Meneses
EFE