El presidente de la ONG Asamblea de Educación y profesor universitario, Tulio Ramírez, califica la situación de crítica. La tasa de promoción de nuevos docentes en las universidades e institutos pedagógicos de Venezuela es cada vez menor. Recuerda que en el año 2010, la Universidad Pedagógica Libertador (la principal institución pública dedicada a la formación de docentes) y sus afiliadas, tenían una matrícula de 106.000 estudiantes, mientras que hoy apenas alcanza los 43.000 en todo el país.
"La Escuela de Educación de la Universidad Católica del Táchira cerró sus puertas hace tres años por falta de inscritos; la Escuela de Educación de la UCV para el 2005 tenía aproximadamente 5.000 estudiantes, hoy no llega a 800. Desde el año 2015, las escuelas de educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y de la Universidad Metropolitana, han tenido una reducción de sus matrículas de casi un 70%", indica Ramírez.
Según estimaciones de las organizaciones sindicales, al menos 200.000 docentes han abandonado las aulas, bien sea para irse del país o dedicarse a otros oficios. Según estimaciones de la UCAB, actualmente Venezuela necesita 255.374 nuevos educadores.
"No sólo no hay docentes preparados en las aulas, sino que no hay generación de relevo. Hacer que los docentes retornen a las aulas es difícil con estos niveles de salario, pero también es muy difícil que un bachiller se entusiasme en estudiar educación si eso no le va a garantizar un nivel de vida propio de un profesional”, dijo a France 24 el docente universitario.
El profesor explica que muchos de estos docentes son sustituidos de manera improvisada por personas con conocimientos básicos pero sin títulos o por voluntarios que no tienen formación pedagógica, lo que afecta directamente la calidad de la educación en Venezuela.
“Recientemente una investigación realizada por docentes de la UCAB reveló que el rendimiento estudiantil en colegios privados y públicos ya es igual de malo, no hay diferencias significativas en calificaciones en áreas como matemáticas, castellano, habilidad numérica, comprensión lectora. Anteriormente había una brecha importante, pero ahora la situación es tan grave que la calidad también ha bajado en el sector privado y una de las razones es la diáspora de los docentes”, agregó.
Los salarios más bajos de la región
Según el director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, Carlos Calatrava, un docente en Venezuela debería tener un salario base equivalente a los USD 949,9, una estimación correspondiente al salario promedio en Suramérica. “El salario base promedio en la región va desde 2.500 dólares mensuales que puede ganar un docente en Chile hasta los menos de diez dólares mensuales que gana un docente en Venezuela”.
Una de las propuestas de esta casa de estudios para mejorar el sistema educativo es que el 30% de la recaudación del IVA (Impuesto al Valor Agregado) sea destinado única y exclusivamente para la educación. “Que de ahí salga para pagar a los maestros, acomodar las escuelas y para sostener el sistema educativo. Que no sea un porcentaje del presupuesto nacional”, dijo Calatrava.
Sin embargo, la falta de voluntad política hace que este tipo de iniciativas realmente no sean tomadas en cuenta por el Ejecutivo. “Se habla de un deliberado interés de que en Venezuela la educación no sea de calidad. Digo deliberado porque tú no llegas a tener tres millones de excluidos del sistema educativo de gratis, tú no llegas un salario base de doscientos bolívares al mes (equivalentes a 5 dólares) así de improvisado”, aseveró Calatrava a France 24.
“Yo soy profesor titular de la Universidad Central de Venezuela, tengo el máximo escalafón y trabajo a dedicación exclusiva. Teniendo Maestría y Doctorado con 30 años de servicio, gano 520 bolívares mensuales, (equivalente a 14 dólares al cambio en Venezuela), dijo a France 24 el profesor universitario Tulio Ramírez. “Un profesor con mis mismas características en Ecuador estaría entre USD 3.000 y USD 4.200”, agrega.
“Voluntad política para mejorar los salarios docentes pareciera que no la hay porque el país ha invertido en otras cosas. El presupuesto que otorga el Ministerio de Educación a las universidades en Venezuela corresponde solo al 1 o 2 % de lo que pide y necesita la Universidad. A nivel público no se construyen nuevas escuelas, pero tampoco mantienen las ya existentes”, aseveró Ramírez a France 24.
Recientemente, el presidente Nicolás Maduro anunció el aumento del denominado “bono de guerra económica” y del ticket de alimentación al equivalente a USD 100 mensuales a partir del 1 de febrero. Sin embargo, el salario base permaneció en 130 bolívares mensuales, equivalente a 3,6 dólares a tasa oficial, en un país en el que la canasta básica familiar supera los USD 500 mensuales.
Educadores deben contar con múltiples empleos para subsistir
Andreína Díaz es maestra desde hace 15 años. La mayor parte de su carrera docente trabajó al servicio del sector público, pero en el año 2020 se vio forzada a renunciar al no poder mantener a sus tres hijos con la suma de los dos salarios que devengaba. Su esposo emigró a Chile en busca de mayores ingresos para poder enviarles remesas, pero al cabo de un tiempo se desentendió y no regresó.
Andreína, al igual que la mayoría de sus compañeros educadores, debe tener más de dos empleos para sobrevivir. En medio de la pandemia, inició un negocio de venta de arreglos con globos, golosinas y chocolates en la parte baja de su residencia. Paralelamente improvisó una escuela para ofrecer tareas dirigidas y ayudar a los niños que habían quedado sin educación por el cierre de la mayoría de los liceos. Posteriormente, instaló un área de maternal y una sala para preescolar, con la ayuda de sus familiares. Hoy en día tiene 80 niños bajo su cuidado y ha podido dar empleo a otras seis maestras que, con mucho pesar, también se vieron forzadas a abandonar el sector público educativo ante unos salarios con los que no podían costear ni transporte ni alimentación.
“Después que yo renuncié, renunciaron cuatro más. La mayoría de maestros me decían: 'yo tuve que ponerme a hacer cursos de repostería, a dar tareas dirigidas en sus casas, a hacer de taxista'. Cada quien está haciendo algo, pero ningún maestro está solo con el quince y último, porque eso no alcanza para nada”, relató Andreína a France 24.
Además de ser maestra, dar clases particulares, dirigir su propia escuela y vender arreglos con golosinas, Andreína participa activamente en las protestas convocadas por educadores. Ejerce como sindicalista e invierte parte de su tiempo en explicar a otros docentes las exigencias que se elevan al Ministerio. “Eso también es un trabajo, visitar las escuelas y ver sus necesidades para apoyar”.
Los educadores también denuncian persecución
La crítica situación de los maestros en Venezuela los ha mantenido en las calles en protesta. El pasado 15 de enero, día del maestro en el país, se registraron manifestaciones de educadores tanto en la Capital como en las principales ciudades.
A raíz de estos actos un profesor fue detenido. Se trata de Víctor Venegas, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos y Colegios de los Trabajadores de la Educación en Venezuela, quien encabezó las protestas del gremio en el estado Barinas. El pasado 17 de enero funcionarios de la Policía del estado irrumpieron en la sede de la Federación y, sin orden de allanamiento, se llevaron por la fuerza al profesor. Posteriormente, el fiscal general anunció que había sido detenido por conspiración y por planear acciones contra la paz del país. Venegas también es militante activo del partido Vente Venezuela, que lidera la dirigente opositora María Corina Machado, quien inmediatamente exigió su liberación.
Para la profesora y dirigente sindical Elsa Castillo, quien también ha sido víctima de persecución, se trata de un pase de factura al gremio, porque fueron los educadores quienes salieron a las calles a protestar y motivaron al resto de los trabajadores públicos del sector salud, obrero, jubilados, entre otros, a unirse a las protestas en todo el país.
“Te ponen un carro del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia) en la entrada de tu edificio, y te dicen groseramente –sí, te estoy vigilando-. Eso es una venganza del sistema porque fuimos los educadores quienes asumimos que no íbamos a continuar con ese yugo y salimos a la calle”, declaró a France 24 la dirigente sindical. Para Castillo, la persecución a los educadores, sus bajos salarios y el deterioro del sistema educativo corresponde a una política de Estado: “Es necesario para un gobierno que pretende tener el control absoluto de su población, mantenerlo ignorante”, sentenció.
France 24